Clientes felices.
La felicidad es ese sentimiento abstracto que a veces solo se cuenta en momentos puntuales. Algunos justifican su causa a la química. Según el diccionario es el «estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno». Se ha escrito e investigado mucho acerca de la felicidad, realizado películas, filosofado desde la antigua Grecia y divagado sobre como alcanzarla como si de un tesoro se tratase. Muchos dedican su vida entera a buscarla. Aspiramos a ser felices y para ello intentamos descubrir qué es y por eso, antes de continuar, permíteme una pregunta, querido lector: ¿Qué es para ti la felicidad?. Tómate tu tiempo.
Cada uno de nosotros posee una respuesta, una definición diferente, y es precisamente esa diversidad de criterios en una cuestión tan trascendental para el ser humano lo que complica dar una solución única al titular de este artículo.
He investigado y leído en la red acerca de clientes felices y satisfechos. Existen muchos puntos de vista sobre como conseguirlos . Algunos profesionales se atreven a listar los consejos por importancia sentando cátedra como si de un manual se tratara.
Los que trabajen o hayan trabajado en B2B, donde las barreras de compra son elevadas y el riesgo que asume el decisor alto ( en juego está su reputación y, en ocasiones, su puesto de trabajo) entenderán lo siguiente: una vez tomada la iniciativa de compra y asumidos los riesgos, lo que más feliz le debería hacer al cliente es haber tomado una decisión acertada e inteligente que le permita dormir tranquilo, confiado, a la espera de éxitos y felicitaciones.
Según google un cliente feliz, animado o muy satisfecho: considera que tus productos o servicios han excedido sus expectativas. Por tanto, es un comprador que potencialmente se puede convertir en un cliente fidelizado y en embajador de tu marca. Es decir, en un cliente influyente que recomienda tu empresa en sus círculos sociales.
En un mercado atomizado como el actual podemos concluir que tener un cliente feliz es un tesoro. Cómo conseguirlos y cómo mantenerlos parecen las preguntas clave. Hoy en día es fácil atraer y seducir, enamorar es otro cantar, y casarse con alguien requiere un fuerte compromiso y fe ciega en el amor y en el otro. Para empezar, deberíamos tener clara la posición que debe ocupar. Como decía Donald Miller en su libro: Cómo construir una Story-Brand: » El día que dejemos de pasarnos las noches en vela preocupados por el éxito de nuestro negocio y empecemos a preocuparnos por el éxito de nuestros clientes, será el día en que nuestro negocio empiece a crecer.» El cliente es el héroe, no tu marca. Los clientes no buscan otro héroe, buscan un guía. Un guía que tenga un plan que le permita prosperar.
A continuación comparto contigo algunas ideas para que te posiciones como guía.
- Comunícate con tu cliente considerándolo un ser único, no es un número, ni una factura.
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- Informale con un lenguaje comprensible y sencillo. Muéstrate interesado por sus circunstancias y asegúrate de que te ha comprendido.
- Se empático con sus circunstancias y sensible ante sus necesidades.
- Escucha su voluntad y sus prioridades ayudándole a tomar decisiones con sus conocimientos y experiencia.
- Respeta su intimidad y la confidencialidad de la información en todo momento.
- Organiza las reuniones y plan de trabajo teniendo en cuenta sus circunstancias, facilitando su confort y bienestar.
Cuando empecemos a posicionar a nuestro cliente como héroe y a nosotros como guías, entonces nos reconocerá como un recurso de confianza para ayudarlo a superar sus retos.


